El mundo que nos tocó vivir. Feliz 2016

A las puertas de un nuevo año se oyen esperanzas y pesimismos y el tradicional deseo del “próspero año nuevo”; que resulta una frase hecha para muchos que piensan que su situación seguirá siendo igual o peor en 2016, y que el país y el mundo correrán igual suerte.

Sin embargo, “el mundo es el que es” y como dice Joan Manuel Serrat en una de sus emblemáticas canciones, “… no hay otro tiempo que el que nos ha tocado”….

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Esta semana leía en Facebook que el estrés es un problema del presente, que la ansiedad lo es del futuro y que la depresión viene del pasado. No sé qué tan cierto sean estas afirmaciones; sin embargo, considero que hay mucho de verdad en ellas.

Una persona que tiene la capacidad de sobreponerse a los problemas, que ríe en medio de las dificultades y que tiene esperanzas en que “esto también pasará”, es una persona con ganas de vivir, y de aumentar su capacidad de controlar sus emociones.

Hay que hacer énfasis en la solución de los problemas y no lamentarse de ellos. Pienso que si lo que más se anhela, no resulta; pues busquemos más anhelos.

Sin embargo, de esta lección aprendida, me queda algo muy importante, la persistencia, el no dejarse derrotar e insistir como el mejor de los tercos. Así se logran los sueños, así se llega lejos.

El exceso de optimismo hace daño, pero más lo hace el pesimismo, el pensar siempre en la derrota, en que este mundo se acabó.

Vivimos y vivimos, y pasan los años, y no acabamos de comprender que el mundo es como es, y que no hay otro tiempo que el que nos ha tocado; y que, además, no todo pasado fue mejor.

Parece que no tuviéramos memoria para recordar verdaderos momentos difíciles, en nuestra vida o en nuestra sociedad; y siempre creemos que este es el peor trance de nuestra vida.

Será que ¿”estábamos mejor cuando estábamos peor?”, como decían los romanos. Yo no creo.