Qué razón puede mover a un joven nacido en el corazón de Europa a realizar un ataque letal a población civil o incluso inmolarse con un cinturón de bombas. En el titulo se puede resumir algún tipo de razonamiento que no de excusa o justificación. Un grave problema que afrontan las sociedades occidentales es la inclusión social de los diferentes en todos sus ámbitos: profesionalmente, afectivamente (cuando un tipo de Senegal sea visto tal cual como uno de Arrigorriaga) y sean vistas como normales familias transversales. Y no me refiero a las leyes, ya que en la mayoría de los países occidentales (al menos en la UE) estás cubren los derechos fundamentales de sus nacionales y también de refugiados, inmigrantes, etc no, no es eso de lo que hablo, sino de integración absoluta como iguales.
El fanatismo cubre muchos vacíos de estos jóvenes: no necesitan formación alguna ni conocimientos, ofrece resultados rápidos, camaradería y sensación de pertenencia. Se habla de problema religioso, pero estos jóvenes son analfabetos teológicos, el problema es probablemente más antropológico como ya mencione antes (el origen de sus familias es su única referencia aún sin conocerlo y se sienten extraños donde viven).
El éxito de la religión es apabullante ya que ofrece vida después de la muerte y no podemos negar que resulta una oferta brillante aunque muchos piensen que es la mayor estafa en la historia de la humanidad. ¿Cómo vivir, entonces, sin una entidad sobrenatural en la cual depositar toda la confianza? ¿Qué alternativas hay a la religión? La democracia y la cultura bajo mi punto de vista son buenos caminos: El hombre es libre de tener vidas intelectuales y emocionales muy variadas. Podemos optar por hacer nuestra propia creencia o marca en el respeto hacia nosotros y hacia el diferente.
La libertad plena nos exige tener un mínimo de conocimientos y cultura, de lo contrario como seriamos capaces de elegir nuestra música, nuestras lecturas, religión, tema de conversación o lo que vamos a comer. En la educación integradora esta el futuro o mejor dicho debería estarlo en las sociedades que vienen.
Jon Beaskoetxea 